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Explicitar lo implícito

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Por Micah, con Susan Grove

Fotografía de Kent Meister

Trabajar como parte de un equipo de liderazgo compartido ha tenido un impacto en mi vida mayor de lo que esperaba. Si has leído alguno de nuestros artículos anteriores sobre nuestro proceso de transición, ya sabrás que pasar de un modelo jerárquico a otro no jerárquico supone un gran esfuerzo. Averiguar cómo compartir el poder es algo importante. Este tipo de trabajo profundo es transformador, no sólo en cómo me presento en el trabajo, sino en cómo me presento en la vida. 

Hay una versión del trabajo en la que uno se presenta en el puesto, ficha, trabaja, ficha y se va a casa. También existe la versión del exceso de trabajo, en la que uno da todo lo que tiene, pero el trabajo puede no corresponderle: bastante extractivo. Pero, ¿y si nuestro entorno laboral fomentara nuestra transformación interior? 

El proceso de descubrir cómo compartir el poder con mis 5 colegas me ha cambiado indudablemente para mejor. Ha sido un proceso de autodescubrimiento, que exige una mayor vulnerabilidad, una comunicación más clara y una confianza radical. Estas habilidades no sólo son útiles en el trabajo. He tenido cada vez más oportunidades de practicar estas nuevas habilidades en el resto de mi vida. Uno mejora con la práctica. Cada vez soy más capaz de aceptar los conflictos en lugar de evitarlos. Gran parte del proceso ha consistido en hacer explícito lo implícito. A menudo, las cosas se quedan en lo convencional simplemente porque es fácil aceptar lo implícito. Seguir la corriente de lo implícito no requiere hablar, no se necesitan habilidades de comunicación consciente. Podemos quedarnos callados y aceptar que "las cosas son así". Las decisiones en un sistema jerárquico suelen funcionar así. Un jefe puede "pedirte" que hagas algo, pero la implicación es "hazlo" aunque no sea eso lo que se pretende. No es muy distinto de cómo puedo decir a mis hijos: "¿Puedes fregar los platos?". El trabajo de aclarar, comunicar conscientemente y nombrar lo que antes estaba implícito permite que todo el mundo se muestre diferente. Este mismo proceso se está integrando ahora en toda mi vida y soy mejor persona por ello.

En un entorno de liderazgo compartido he podido explorar cuáles son mis necesidades y cómo expresarlas. Estoy aprendiendo a hablar abiertamente desde estos lugares y a dejarme apoyar de maneras que antes no lo hacía.

Este proceso de transición ha sido un proceso de cuidado y atención, llevado a cabo con mucha intención y voluntad de mirar lo que hay debajo. Creo que sería imposible dedicarse a esto y que no repercutiera en la propia vida. Hay una cualidad regenerativa en trabajar así... un reconocimiento del hecho de que cómo estamos en un lugar repercute en cómo estamos en otro. Ninguno de nosotros, independientemente del trabajo, puede entrar y salir sin más y dejarlo todo atrás. El trabajo no está tan claramente separado de la vida. Ocupa demasiadas horas de nuestras vidas. Pero quizá el trabajo pueda ser regenerador y retribuir transformando lo que somos.

Artículos y reflexiones personales del equipo de GWI sobre su vida y su trabajo en común.

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