La primavera ya está aquí. Con todos sus caprichos de lluvia, barro, sol y heladas. Con todos sus signos de nueva vida en los brotes rojos de los árboles, en el agudo tintineo de los píos primaverales en los humedales, en los intensos tonos verdes que regresan tímidamente a los callejones, a los bordes de las carreteras y a los patios traseros, damos la bienvenida a este cambio de estación y practicamos la gratitud por recordarnos que el cambio es desordenado, impredecible, inquietante y lleno de belleza inesperada si nos detenemos a mirar.
En la actualidad nos encontramos en un estado de transición diferente, ya que nos enfrentamos a los retos de una crisis sanitaria mundial y a las repercusiones económicas, sociales y medioambientales que está teniendo en todas las comunidades. Lo que se está revelando son las fisuras y debilidades de nuestros sistemas actuales, la importancia de la comunidad y la conexión, y la oportunidad de diseñar nuestras respuestas para maximizar la curación y minimizar el daño. Hay muchas maneras de participar y defender la atención, la responsabilidad y la justicia.
En el Instituto del Buen Trabajo, hemos estado luchando con la forma de ser útiles a nuestra comunidad en un momento de distanciamiento social, cuando nuestra creencia fundamental es que un nuevo sistema sólo es posible cuando trabajamos juntos, no a distancia, sino en auténtica interdependencia. Hemos decidido abogar firmemente por la resistencia y la salud de nuestra red de personas inspiradas que hacen su Buen Trabajo, volcando nuestra propia energía y amor en seguir fomentando las relaciones, las habilidades, las colaboraciones y las oportunidades de estar juntos, aunque mantengamos un espacio físico entre nosotros.
Para ello, este mes lanzamos nuestros primeros talleres en línea: Espacios pensados para nosotros: La equidad social surgida de las historias y un Cartilla de transición justa (véase más abajo para más detalles). Nuestra plataforma en línea para la Red GWI se puso en marcha el mes pasado y es un lugar activo para la conexión y la conversación: estamos organizando canales para diferentes temas, un almuerzo de debate virtual semanal e investigando nuevas formas de utilizar ese recurso. También estamos trabajando para reimaginar la forma de utilizar nuestros canales de redes sociales para crear inspiración y acción a través de la iluminación de las historias de Buen Trabajo que ocurren en el Valle del Hudson: tanto el trabajo que mitiga las consecuencias directas del coronavirus en las personas, así como los proyectos que ya están pensando en cómo vamos a reconstruir desde aquí.
Mantengamos los pies en la tierra, tomémonos tiempo para respirar y sentir la luz del sol mientras atravesamos esta estación de transición. Es un momento de despertar, las semillas de la nueva vida se están agitando. Esta pausa forzosa e inestable podría permitirnos reconsiderar nuestros papeles, reponer nuestras reservas personales de energía, para poder aportar un enfoque vital al Buen Trabajo que tenemos por delante.
En solidaridad,
Aja, Caitlin, Hélène, Micah, Susan y Terri
Fideicomisarios trabajadores del Instituto del Buen Trabajo